Surge a partir de un encargo del Centro José Guerrero a la compañía Remiendo Teatro y ha conllevado varias fases de trabajo. En primer lugar, durante varios meses, la dramaturga y poeta Gracia Morales se documentó sobre la vida y la obra de José Guerrero. Para ello le resultó imprescindible el asesoramiento de Francisco Baena, director del Centro José Guerrero, y Ana Fernández Garrido, coordinadora de exposiciones, que le aportaron múltiples materiales (libros, grabaciones de entrevistas, catálogos, etc.); también le pusieron en contacto con dos personas fundamentales para este proyecto: Eduardo Quesada Dorador, especialista en la obra de Guerrero, y Tony Guerrero, su hijo, que reside en Pensilvania. Gracias a ellos, consiguió formarse una imagen de José que iba más allá de los datos biográficos que había podido encontrar en los libros.
En la segunda etapa de su trabajo el reto fue encontrar la forma de cohesionar toda esa información y convertirla en un material dinámico, vivo, que consiguiera cautivar al oyente. Además, quería crear una imagen profunda de José Guerrero, que no se limitara a lo anecdótico. Para ello, Gracia Morales sintió que eran necesarias algunas licencias poéticas, como la presencia mágica de una voz interior, femenina, que acompaña siempre a José, y desde niño lo guía y lo impulsa a llegar más lejos.
Tras el proceso de escritura, Jose Antonio Meca fue el encargado de adaptar el guión al formato de ficción sonora para siete intérpretes (cuatro actores y tres actrices de voz) y de realizar un diseño sonoro que asegura una experiencia auditiva intensa y entretenida.